El té helado o ice tea, es una bebida que comenzó a hacerse popular en 1904 en la feria mundial que se celebró en St. Louis. Y aquí es donde nace la historia y el origen del té helado: fue un comerciante inglés quien tuvo la idea de exportar té negro a Estados Unidos y quiso aprovechar la feria para darlo a conocer al público. Una vez allí se encontró con un problema: hacía demasiado calor como para que a los visitantes del lugar les apeteciera probar una bebida caliente. Entonces se le ocurrió añadir hielos al té y a las infusiones, lo cual motivó a los curiosos a probarlos. Fue así como el té helado se convirtió en una bebida muy popular en verano y en las épocas de calor.
Tradicionalmente, el té helado tiene su base de té negro y luego se le suele añadir limón, azúcar, hierbabuena o algún edulcorante. Las diferentes culturas que viven en Estados Unidos han ido creando sus propias variantes con el paso del tiempo, por lo que a veces el té helado lo hacen a base de té verde, té de frutas o té de hierbas y lo mezclan con diferentes zumos de frutas.
En la actualidad, este tipo de bebida se ha industrializado y ya se han desarrollado diferentes refrescos bajo este modelo. En realidad, tienen poco que ver con la idea original, pues contienen un extracto muy pequeño de té negro y están cargados de azúcares y gas. Esta industria ha convertido una bebida que era muy saludable para las personas en algo sumamente calórico, que lo único que provoca es daños a la salud como la diabete o las caries dentales. Si se es aficionado al té helado original y no a esas bebidas cargadas de azúcares, lo mejor es renunciar a ellas y comenzar a investigar cómo preparar tu té helado y saludable desde casa.
Cómo hacer té helado en 4 pasos
El té helado elaborado de forma natural en casa posee grandes beneficios, pues los ingredientes con los que se elabora el té helado se pueden controlar mucho más, tanto en cantidad como en calidad. Por lo tanto, se puede calmar la sed en un largo día de verano mientras también se cuida la salud al consumir todas las propiedades del té. Estos son los pasos básicos para preparar té helado o té frío que no debes dejar escapar.
1. Elegir la base del té
Elegir el té y las infusiones con las que deseas preparar tu té helado. Las más comunes junto con el negro son el té verde, el té blanco o el té rooibos, aunque como siempre, todo depende del gusto de cada uno.
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2. Preparar el agua
Para elaborar té helado seguiremos el paso habitual de verter agua caliente sobre el té. El tiempo puede oscilar entre los 5 y los 8 minutos, dependerá sobre todo del té que vayamos a infusionar. Pasado este tiempo, habrá que dejarlo reposar durante unos minutos.
3. Los ingredientes
Decide cuáles son los ingredientes con los que lo presentarás. Endulzante, algún azúcar, todo depende de tu gusto.
4. El hielo
Pues sí, para preparar una receta de té helado como un profesional el hielo se debe servir inmediatamente antes de consumirlo, y no cuando dejamos reposar el agua. Otra opción es introducir el té en agua fría junto con los demás ingredientes, zumo de limón, azúcar o sacarina y hierbabuena. Si se elige hacerlo de esta forma es necesario que el té pase al menos doce horas de reposo en la nevera para que infusione del todo y se mezcle con los demás ingredientes.
Algunos consejos para preparar té helado
Sin importar qué opción se elija, siempre es necesario usar el doble de té para preparar té helado, pues suele mezclarse con el hielo que acaba aguando la bebida y diluyendo el sabor. Para las personas que usan bolsas de té, la proporción sería entre cuatro y cinco bolsitas por un litro de agua. Una vez haya estado infusionando durante unos veinte minutos, deberá enfriarse a base de cubitos de hielo. Esto se hace para que el té no adquiera un sabor diferente y no se ponga rancio, ni se oscurezca demasiado.
El té helado sabe mejor cuando está recién hecho, no es aconsejable dejarlo en la nevera varios días, pues pierde sus propiedades y se estropea el sabor. La clave está en que siempre debe tomarse muy frío y con cubitos de hielo.