El té blanco es una de las variantes de té que más se consumen. Lo cierto es que no es de extrañar, además de contar con un sabor más suave que otros, es junto con el té verde que más propiedades antioxidantes posee. Su gran cantidad de polifenoles hacen que sea conocido por un potente antienvejecimiento. Sí, seguramente es una excelente opción si te gusta el té, ahora bien ¿sabes cómo preparar el mejor té blanco? Hay diferentes formas de presentar este tipo de té y cada una de ellas es muy especial.
Qué debes tener en cuenta para preparar una infusión de té blanco
Su sabor es ligero y dulce. Muchos dicen que es tan suave como aterciopelado. Además, ese toque terroso que aportan otros tés, el blanco no lo tiene. Por tanto, además de ser beneficioso, resulta una experiencia de lo más agradable para nuestro paladar.Aunque no lo creamos, el té blanco requiere de cuidado a la hora de su preparación porque hay que conocerlo perfectamente para aprovechar todas sus propiedades. Para empezar, lo primero que se tiene que tener en cuenta es el recipiente.
Uno de los consejos básicos para preparar el té blanco es elegir adecuadamente el accesorio que emplearemos para su elaboración o presentación. Lo mejor es usar una taza de porcelana con tapa. Se venden en muchos sitios, por lo que no tendrás problema en encontrar una. Este es el mejor recipiente, pero no es lo único que tienes que tener en cuenta para preparar una infusión de té blanco perfecta, ¿por qué? Por ejemplo, la temperatura del agua es determinante. Muchos creen que hay que hervir el agua para hacer cualquier té e infusión, lo cierto es que no es así. En el caso del té blanco, el agua no debe pasar los 80 grados. Es cuando deberás introducir la infusión de té, ni antes ni después.
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En cuanto a la cantidad de té, si compramos infusiones en bolsa no tendremos problema para administrarlas. No obstante, en hojas o cejas cambia la cosa. Lo ideal sería una cucharadita de té por cada 0,15 litros de agua. Además, el tiempo para infusionar el té blanco es mayor que en otros casos. No tiene tanta clorofila ni taninos como otros tés. Así, el té blanco no amarga tanto si lo dejamos más tiempo. Puedes dejarlo infusionar perfectamente unos 9 minutos aproximadamente.
Cómo preparar el té blanco en 4 pasos
Si el té blanco es tu favorito y quieres preparar como un auténtico experto toma nota de estos 4 pasos para preparar tu té blanco y tendrás como resultado una deliciosa infusión.
Antes que nada, el primer paso para preparar una infusión de té blanco es calentar el agua. Entre unos 5 y 8 minutos será correcto. De todos modos, cuando comience el agua a hervir, podrás bajarle la temperatura.
Una vez bajada la temperatura deberás introducir las hojas de té blanco en el fuego, aunque en función de qué tetera tengas, el tiempo de preparación variará. No obstante, puedes retirar el agua de la tetera y verterla directamente sobre la taza seleccionada y luego añadir el agua y tapar la taza. Puedes esperar hasta 3 minutos.
En este punto si has empleado hojas de té y no bolsitas, tendrás que retirarlas. Entonces ya podrás disfrutar de tu té.
El último paso para preparar el té blanco es endulzarlo. Con azúcar, con sacarina e incluso puedes presentarlo con unas pastitas o galletas.
Por último, recuerda que aunque el té caliente es una verdadera delicia, el té blanco puede consumirse frío sin problemas. Intenta no añadirle azúcar ni leche, pues así apreciarás mejor sus matices delicados en nariz y boca. Además, si es té blanco puro, debe saber que puede reinfusionarse hasta 3 veces.